DEMENCIA


Frustración, agobio, desesperación, angustia. Sientes rejas imaginarias, sensación de privación de libertad, eso es, tu mismo creas tu propia cárcel, donde el funcionario de prisión es el horario que te pongas. Hoy 6 horas, mañana 8, y el día previo no duermo.

La sangre de tus venas se disuelve y hace hueco a la cafeína, si fumas, sustituyes la comida por el pitillo, y la tan envidiada vida universitaria se convierte en una hecatombe, donde la televisión se transforma en letras, el teléfono queda inhabilitado, las uñas decrecen y las redes sociales abandonadas.

Notas que no puedes más, confeccionas todas las variantes posibles para que esos 100, 200 o 500 folios se incrusten en tu cabeza y presagias lo que pueden preguntar y lo que no, te arrepientes de no haber empezado antes, pero ya no, no hay tiempo de lamentar, la suerte está echada, y tu suerte depende de la inspiración de un tercero ajeno a ti.

Te vuelves loco y te haces fan de: "Jóvenes que después de varias horas de estudio empiezan a desvariar", eso es justo lo que quería explicar, locura producida por ti mismo, la diferencia es que tu pones los límites, en tu mano está dejarlo pasar y disfrutar, o agotar los tiempos posponiendo el disfrute, porque si algo bueno tiene un estudiante son las oportunidades.

Por lo pronto, a mi me han condenado a pena privativa de libertad de 1 a 2 meses, que espero que con las atenuantes se vea reducida a 2 semanas, una vez más, depende de mi, y yo prefiero ser una demente ahora y disfrutar de mi verano.